25 julio, 2006


Voy dejando lentamente la vigilia.
Casi dormida, te traigo a mi cama.
Cumplo la promesa de esta noche.
Te siento bajo mis sábanas.
Anhelamos el ritual de los amantes.
Nuestros cuerpos,
esperándose...
Nuestros cuerpos,
desesperándose...

Dame de beber del caliz de tu boca.
Hidrata la sequedad de mis desiertos.
Con ese oaisis,
espejismo en mi mirada.
Humedece mis flores marchitas.
La hierba mustia que viste mi cuerpo.
Mis montes,
las curvas de mis montañas erocionadas.
Mis valles que nadie moja,
humedéceme,
hidrátame,
dame de beber del caliz de tu boca,
acercalo a mis labios,
levanta mi cabeza con tus manos,
y deja que te beba a sorbos,
a sorbos . . .
a sorbos . . .
hasta verter todo tu brebaje dentro de mi.

23 julio, 2006



NINGUNA
CONDENA
SE
CONMUTA
NI
SE INDULTA
CON
TORPES
PALABRAS
PRETENSIOSAS
DE NOSTALGIAS.




Había comenzado a escribir sobre ti.
Qué grave insolencia a nuestras mágicas promesas.
Cómo si alguien pudiera comprender lo que tu mismo reconociste tantas veces un milagro.
Cómo aquel día en que confesaste que decirme "te amo", no parecía suficiente. Y de pronto, me sorprendiste con un "te amo todo". Y, más tarde, inventamos un "te amo, todo y eterno". Hasta que, al pasar del tiempo, preferimos excluir el "te amo". Y un simple "todo y eterno", sellaba nuestro amor.
Pérdoname, pero después de mi estúpidez inexplicable de terminar la eternidad, a los 8 años de tenernos. Creo que tu imagen en la insistencia de mi memoria es mi castigo y
mi soledad la más justa condena. Ya son 7 años de cadena perpetua.

22 julio, 2006


Sólo tenía 19 años.
Llevaba unos cuantos amores hasta entonces. Que hasta entonces me atrevía a llamar amores.
Conversé con él el primer día que fui a la Universidad. Entrecruzabamos las palabras inocentes, desconocidos, tan ajenos, tan ingenuos... sin saber que sus sonidos inocuos serían, muy temprano, el más grandioso vocablo . . .
Después me dijo que le había llamado la atención mi valentía, como me había negado a dar dinero a cambio de que no me tirararan agua oxigenada al pelo, como los encaré simplemente y tampoco me cortaron ni un mechón...

Un día lo encontré sentado en un banco de la Universidad. Recuerdo los árboles con sus amarillos rojizos, insinuando el Otoño, con hojas multicolores. Los jardines de la Universidad, la mejor tregua de las aulas. . . ahora adornados por él, solitario, leyendo, con una bitacora y un lápiz a su lado...

La bitácora que después siempre vi en sus manos. La bitácura llena de los dibujos de sus muchos mundos....Los mundos que confesaba, habitaban en su mente; que decía visitar constantemente...mundos con muchos soles, astros y constelaciones...


No sé en que momento levantó la vista, no recuerdo si me llamó por mi nombre, sólo sé que me senté a su lado. "estaba haciendo un análisis de mi bioritmo"- me dijo. Que raro- pensé- jamás había pensado en mi bioritmo...

Mi bioritmo, no fue lo único que comencé a pensar desde aquel momento. . .Mucho tiempo, después, mi mente navegaba en sus propios pensamientos y él se sumergía en los míos . . .

Me invitó un jugo. Fuimos a la cafetería. Sí, "al ombligo", y tomamos un jugo de naranja. No recuerdo que pasó después. Sé que fuimos a clases. Nada más. No recuerdo nada más de aquel día.

Una tarde, después de clases, hice con él el largo recorrido al paradero de la locomoción. Caminamos por esas calles de Concepción, más atractivas, a esa hora. La caminata fue más lenta de lo habitual. Estaba muy oscuro, cuando escuché que me preguntó: "¿cómo es la relación con tu pololo?". Guardé silencio. No sabía que responder. Era una pregunta que sólo hasta ese momento supe de difícil respuesta. No recuerdo lo que le dije. Sólo sé que me fui en el taxibus, todo el viaje hacia mi casa, repitiéndome esa pregunta. Sin encontrar una respuesta, por cierto.

Mi pololo me esperaba en el paradero. Bajé del taxibus. Lo besé. Creo que fue un beso como todos, las palabras fueron cotidianas; sólo recuerdo que mi mirada fue distinta. Lo obserbaba a él, me observaba a mi, observaba eso nuestro que ya llebaba 3 años. Trataba de responder aquella pregunta que no dejaba de dar vueltas en mi cabeza. Ahora entiendo que sabía la respuesta, pero por temor o cautela no quería dármela.

No sé cuantos días pasaron, creo que semanas. Sólo recuerdo que una tarde mi pololo llegó a mi casa y con toda honestidad, aunque sin mucha sutileza, le dije: "te quiero, pero no te amo" . Aquella conversación no fue demasiado larga. Lo eterno fue su dolor, el dolor que le causé con mi franqueza. Me buscó muchas veces, demasiadas para mi corazón culpable. Nunca le había mentido. Como iba a mentirle entonces. Además, sabía que en esos 3 años, una sola vez, se me escapó un "te amo". Lo recordaba bien. Fue una sola vez.

21 julio, 2006



Un dragón de fuego me acecha.

Me oculto tras las rejas de mi castillo.

El aire es un suspiro ardiente.

Me asomo tras las rejas de una de mis ventanas y veo el cielo teñido de rojo.

Cuido coincidir mis ausencias con las treguas del fuego exhalado.

Cuido coincidir mis presencias con algún cazador de dragones.

18 julio, 2006



Gracias, Dulcemeis . . . adivinas mi deseo de volar.

Es que no quiero quedarme en la playa comiendo carroña.

Me niego al vuelo bajo y ligero.

Sólo quiero desplegar mis alas, aunque tropiece con las rocas.

Aunque mis alas sangren en mis vuelos fallidos.

Y la bandada, me exilie como a Juan Salvador.

Si el exilio no es más que el castigo por ser uno mismo. . . .

Prefiero el castigo . . .

17 julio, 2006





Le conté una breve historia.

En realidad, una larga historia, pero resumida en muy pocas palabras.

Desde entonces, adivina hasta mis pensamientos.

Con la misma sonrisa con que me dio la bienvenida "al mundo de los seres humanos"; un buen día en que yo lloraba, me dijo: "¿te hago llorar?". "¡Qué!, ¡si ya estoy llorando!"- le respondí. Y sólo dijo: "como la rosa del Principito". Agaché la cabeza entre sollozos, él no dejo de guardar silencio, como si supiera que era ese un llanto necesario, el llanto verdadero, no el llanto que le estaba mostrando. Después de un momento, sólo levanté mi vista para preguntarle: "¿Cómo pudiste saberlo?." Sonrío con ternura, pero no respondió.

"Compañera - me dice - lo que sientes, jamás, pero jamás está equivocado"

Con una sonrisa recibe mis carcajadas.

Con una sonrisa enjuga también mis lágrimas.

Con una sonrisa me pidió que no hablara sobre él en mi blog.

No diré nada más.

Sólo sé que adivino su sonrisa, cuando lea que escribí sobre su sonrisa.

Es que, compañero, no lo he olvidado, "lo que siento jamás, pero jamás está equivocado".


Cualquiera llama, "mi amor", a cualquiera.

Me siento una cualquiera, cuando cualquiera me llama "mi amor".

Soy una cualquiera, cuando llamo "mi amor", a cualquiera.

Volvió a decir Adios. A ese estilo tan suyo, proclamando que soy yo la culpable y sin siquiera mirarme de reojo.
Qué fácil aprovechar los kilómetros para no tirar las culpas mirándose a los ojos.
Qué fácil, para evitar que se adivine la mentira de sus "te quiero", mal pronunciados.
Qué fácil, para no ver el amor en mi mirada porfiando y mi corazón colmado de soledades.
Y mi cuerpo temblando de miedo sin atreverse a confesarlo.

Además, podría caer en la tentación de la cercanía de nuestros cuerpos y confundir el amor con el deseo o el deseo con el amor, y de tan confuso, no saber que decir después.

Debe ser cansador tomar un Bus y hacer todo un viaje para arribar al terminal del desencuentro.
Y después tener que mirarse las caras y ser el primero en decir "mejor seamos buenos amigos". Con la dificultad de adivinar si alguno de mis gestos indica que lo diré yo antes que él.

El MSN, es un buen medio para evitarse esas molestias. Y, mejor aún los e-mail.
El MSN, resulta también cansador, seguramente. Esperar que el otro escriba, con el corazón latiendo, para que apenas aparezca un "ya", "ok". O se cae la conexión, en el clímax de la tragedia.

Bueno, no puedo decir que extrañaré sus besos.
Sólo me harán falta sus "zumbidos" y sus "guiños" . . . claro, también sus "iconos gestuales". . .

Tal ves salga ahora a la calle "desconectada", ni siquiera "ausente" o "no disponible".
Me sentiré libre de los amores y adioses "virtuales".

Tal ves, por ahí, escuche un zumbido que provenga de unas cuerdas bucales.
O, mejor, un guiño, de unos ojos mirándome a la cara.

14 julio, 2006



Cuando me dio la bienvenida al "mundo de los seres humanos", se sonrió.

"Bienvenida al mundo de los seres humanos"- me dijo.

Y mi llanto pasó a los sollozos.

Me remeció su mirada y su sonrisa sarcástica.

Es ridículo, pero sentí su bienvenida. . .

Una bienvenida irónica y cortez . . .

Una bienvenidad dolorosa . . .

Me resistía a ese mundo de soledades, de dolores, de porfiadas ansias de felicidad.

Estaba en mi dictadura, de diosa inalterable, donde se condena todo llanto inoportuno y el insulto de la mortalidad. En ese mundo, donde no se admiten soledades ni carencias de amor.

¿Quién podrá darme, ahora, nuevamente la bienvenida? . . .

Ahora, que he regresado a mi propia dictadura . . .

Ahora, que necesito llorar . . .

13 julio, 2006




Desamarraron mis piernas.

No me di cuenta como me levantaron.

Estaba en una camilla.

Habían cambiado mi bata.

Sólo sentí que la camilla recorría pasillos y más pasillos.

Por mi vista, pasaban puertas, ventanas . . .

De pronto, un ascensor . . .

Luego, otro . . .

Y mi niño, entre mis piernas . . .
Su cabecita chueca, pensaba yo . . .
Y yo, pujando . . .
y su corazoncito latiendo lento . . .
Mi niño, sufriendo, Dios Mío . . .

SUFRIMIENTO FETAL . . .

El recorrido de la camilla se detuvo de pronto.

Ahí estaba el médico, de nuevo.

Mi niño . . .
mi niño . . .

Sentí como abrieron mi vientre.
Sentía como estertores muy adentro.
Mi útero se movía.
Movían mi útero muy fuerte.
Yo sólo miraba hacía el lado.
Y cerraba mis ojos.
No quería ver.
Tenía demasiado miedo . . .

Comencé a clamar a Dios en voz alta.
No me importaba quien escuchara.
Sólo quería que mi clamor llegara al cielo.
Que los cielos se abrieran a mi ruego desesperado.

De pronto, alguien me habló.
Abrí los ojos. . .
Ví mi milagro, mirándome, con los ojos muy abiertos. . .
mirándome a los ojos . . .
¡Mi niño, naciste con los ojos abiertos! . . .
Nuestras miradas se encontraron . . .
y sólo entonces, pude llorar . . .

06 julio, 2006




Eran las 6 de la tarde.

Me habían trasladado a la sala de parto.

Aún no pedía anestecia. . . .

Sólo sé que me la inyectaron una hora antes de que mi niño naciera.

Y, unos instantes después, sentí un orgasmo. No lo comenté ni me lo quise explicar. Sólo lo sentí.

Recuerdo que amarraron mis piernas con lazos de cuero. Y el monitor delataba que los latidos del corazón de mi niño disminuían.

"Tiene bradicardía"- no dejaba de insistir.

"Apaguemos los sonidos del monitor" - recomendó el médico - "La pone nerviosa".

"Sí, están lentos los latidos, pero no te preocupes" - sentenció.

Pero fue inútil. Ya no escuchaba el sonido, pero veía los números: Los latidos del corazón de mi niño disminuían.

"Puja, fuerte"- decía el médico.

Y yo pujaba con todas las fuerzas que impulsan mi alma.
No sabía cuantas fuerzas habitaban mi alma hasta ese momento.

Pujaba . . .
Pujaba . . .
Pujaba . . .

Descansaba . . .

Pujaba . . .
Pujaba. . .
Pujaba . . .

Pero no dejaba de mirar el monitor.

"Tiene bradicardía" - insistía.

"Desconectemos el monitor" - dijo el médico.

"No te preocupes" - me insistió - "Sólo puja fuerte".

Y pujaba . . .

pujaba . . .

Pujaba con amor . . .

Pujaba con pasión . . .

Pujaba con temor . . .

Mi niño Dios mío.
Sálvalo mi Dios.
En este momento te lo entrego, para siempre.
Sólo sálvalo.
Es tu hijo.
Sálvalo. Te lo entrego, Dios mío.
Te lo entrego. . .

"Ahí está la cabecita" - decía el médico.

"Puja, ahí está la cabecita" - repetía.

Pujaba . . .

Pujaba . . .

Nace, mi niño.
Ya no soy nada sin tí.
Necesito verte.
Tocarte.
Acurrucarte.
Dios mío, no me lo quites.
Sálvalo Dios mío.

"Tiene la cabecita chueca" - dijo el médico, de pronto.

"No, no pujes" - me dijo.

Lo ví tomar el citófono y escuché decir: "Preparen pabellón para una césarea urgente". . .

04 julio, 2006




Era la Sala de Pre - parto.

Las matronas eran muy amables. Y no hacián más que preguntar: "¿le duele?...¿le duele mucho?".

"No, no tanto" - me cansaba de responder.

Que obsesión con el dolor, pensaba yo. Ojalá estuviera a orillas de un río. Sin anestecias tentadoras. Y retener mi respiración en cada contracción, como lo hago ahora. Y descansar, mientras espero la otra. Como cualquier hembra que pare. Como la hembra solitaria que soy. . .

Y ver este líquido sanguinolento que no deja de correr entre mis piernas . . .

Que esa sangre no manche sábanas ni pisos de una Clínica. Que se confunda en la hierba. Que humedezca el musgo. Que se mezcle con las aguas de ese río. . .

Un río de sangre y líquido amniótico . . .

03 julio, 2006





El médico llegó a las 2 de la tarde. . .

Dijo, con sorpresa : "me comentaron que no has pedido anestesia". . . "El trabajo de parto comenzó a las 8 de la mañana" . . .

"Es que no me duele" - mentí. Me miro, incrédulo, pero no dijo nada.

Luego de examinarme dictaminó: "Tienes 5 centrímetros de dilatación". . .

Volvió su sonrisa irónica: "¿Prefieres esperar, puede que nazca a las 11 de la noche?. . ."

"Si quieres te hago una césarea, duraría 15 minutos" . . .

Entonces imaginé a mi niño violentado, extraído de mi vientre como un tumor. Sentí que era muy temprano para que conociera la violencia. Qué traumático, pensé. Qué invasivo.

Debo protegerlo, ahora . . . nadie ha cortado el cordón umbinical . . .

Gracias a Dios, nadie lo ha cortado aún . . .

Y sentía el dolor . . . cada vez más intenso. Mi niño, luchando en mi vientre por ver la luz. Mi niño, rogándome que pujara. . .

Mi niño, pidiéndome que lo recibiera con las piernas abiertas . . .

"No" - respondí - "Prefiero esperar". . .

El médico, volvió a sonreir. Un "bueno" desafiante, se desprendió de su boca.

Volvió a examinarme. Sentí, de pronto, un líquido tibio que mojaba mis piernas. Me sentí humeda. Y el líquido continuaba fluyendo. No dejaba de fluir . . .

"Te rompí la membrana" - me dijo. "Desde ahora los dolores serán más fuertes" . . .

Un parto seco, pensé. Son las aguas, el mar, el río de mi niño. Pensé que sentiría él, ahora. Claro, los dolores serán más fuertes. Ya no tendrá donde nadar. Ahora, con dolor, pedirá el aire, aire para no ahogarse . . .

Mi niño, ven . . .

No te ahogarás, mi niño . . .

Ven, a tu madre no la amedrenta el dolor . . .

y el dolor que me das, mi niño . . .

es el dolor de la vida que nace . . .

es el dolor de nuestro amor . . .

es dolor, nada más . . .

Sólo dolor . . .




Comenzé a sentir contracciones en mi útero. . .

Que suave y amoroso dolor . . .

Mi vientre parecía más abultado . . .

Mi niño había crecido, en un par de horas.

Me lo hacía saber, con dolor. . .

Bajaba desde mi abdómen, buscando una salida, entre mis piernas . . .

y el dolor aumentaba . . .

Mi niño, dame ese dolor. . .

dame el dolor de parir . . .

Ven, desde esas aguas en que nadas inocente . . .

a este aire que respiro, culpable . . .

02 julio, 2006




El auto daba vueltas por mi puerto.

Era un Martes, 6 de Julio.


El amanecer y sus calles desiertas, me recordó mis salidas matutinas a la Universidad.

No sé por qué, se me vinieron a la mente esas madrugadas de estudio. Me veía caminando sola por la calle, a dar mis examenes orales, tomando el primer taxibus del recorrido, sin haber dormido nada.

Tan temprano. Tan sola. Con tanto frío.

Y el chofer con cara de primer día de clases o a veces, con cara de fin de año.

El auto, viró por los Tribunales, por la Plaza de Armas, la Parroquia, mi antiguo colegio . . .Y de tan conocida, aquella ciudad, de pronto me resultó ajena.

Esta vez, no iba sola y no tenía frío. No me esperaba una comisión de profesores. No pretendía obtener el incansable 1oo.

No. Esta vez, iba a dar a luz un hijo.

Una vida se desprendería de mi propia vida.

Sentí el nido vacío. Pensé, que sería de mi sin él en mi vientre.

Qué poca cosa sería sin él en mi vientre.



Tenía mucho calor. . .

Comencé a ver "Obsesión"- ya la había visto

Finalmente, mi madre, preparó la maleta. Yo sólo había guardado la ropita de mi niño, nada más.

Ella guardó mis cosas.

Me hablaba. Recuerdo que me hablaba. Pero mi mirada estaba abstraída. Veía la película. Pensaba y no pensaba en mañana.

Apenas le contestaba, de pronto, cuando lograba escucharla.

Mis pensamientos eran sólo divagaciones.

Divagaba en mi deseo de parir. . .

en mi deseo de parirlo . . .

de parirlo, con dolor . . .





... Y continué sola en el departamento. . .

No pretendía hacer la maleta.

Sólo disfrutaba, echada en la cama . . .

No recuerdo a que hora llegó. No recuerdo lo que me dijo cuando me vio.

Sé que tocó mi barriga y comentó: "Ya te veré sin esta guatita"


Tengo la sensación de que estaba nervioso, pero quería ocultarlo.

Decía: "Todo saldrá bien". Creo que lo repitió varias veces.

También se justificó: "Tal ves no vaya a la Clínica"..."Mañana tengo Inspección"..."¿te darán de alta el Viernes?". . .

Yo sólo pensaba en mi niño . . .¿para qué podría quererlo a él en la clínica? . . . y ya sabía que los Martes tenía Inspección . . . y también sabía que más hacía los Martes . . . y él sabía que yo sabía . . . y ambos sabiamos donde iría el Jueves por la tarde . . .

"No te preocupes"- le dije - "Sólo deseo que nazca sano, nada más".

"- repetía - todo nos saldrá bien".

Recuerdo que hablaba en plural. También recuerdo sus silencios. Y su mirada sobre mi, como si fuera yo la recién nacida. Una mirada tierna y alegre. Una mirada también compasiva. La mirada de un padre a su hija . . . tal ves me veía tan pequeña como me sentía.

No le conté detalles de mi visita al obstetra. No revelé mis sentimientos.

Recuerdo que reí cuando vi mi nueva ropa interior. "Qué sexy" - comenté . . .

Más tarde se marchó. No recuerdo la hora. Sólo sé que era más tarde de lo habitual. No dijo que no llegaría. Seguro no lo dijo, porque supuso que yo lo sabía.

Había satisfacción en su rostro.

No sé de que podría haberse sentido satisfecho. . .

Tal ves de haber hablado en plurar...



...Sentía...

mi niño...

mi niño...

mi niño...

No podré mostrarte sólo la BELLEZA . . .

No puedo abandonarte en el descubrimiento de lo Terrible. ..

mi niño...

mi niño...

¿Cómo responderé a tus preguntas?...Cómo te daré las respuestas que aún no encuentro? . . .

Qué te diré si ves la pobreza en las calles, cubierta con cartones . . .

Qué te diré frente a la inopia de los seres humanos, maltratados por una sociedad putrefacta . . .

Cómo te digo que la Justicia existe, con tanto asesino impune . . .

Y si ves a los perros callejeros?...y si los ves en su cruel abandono? . . .

mi niño...

mi niño...

mi niño...

Te pariré con dolor, para expiar mis culpas . . .

La culpa de mi mirada paciente ante el dolor de los otros . . .

La culpa de exponerte a lo terrible, sin respuesta a tus preguntas . . .

mi niño...

mi niño...

mi niño...

Tu padre justifica la Dictadura en Chile . . .

Tu madre aborrece el Totalitarismo . . .

Mi niño, nada justifica la tortura, nada justifica las matanzas masivas, nada justifica el exilio...

Mi niño, créeme, el ser humano, es el centro del Universo. . .

porque el origen de todo y de todos, es el AMOR . . .

La vida es el valor más preciado . . .

mi niño . . .

mi niño . . .

mi niño . . .

La tolerancia es una gran virtud . . .

No discrimines . . .

No prejuzgues . . .

Te dejaré libre, aunque te quisiera para siempre en mi vientre

aunque prefiera un eterno cordón umbilical, que te atrajera hacia mí, cada vez que sientas miedo. . .

No temas . . .

mi niño . . .

El miedo es el dictador del alma . . .

y los dictadores . . .DIOS NOS LIBRE!!!




Sí, era un Lunes, 5 de Julio.

Más tarde recorrí las calles de mi puerto. Oscurecía.


Sólo quería leche con vainilla.

Y estar sola.

Cuando, por fin, llegué a mi departamento, mi madre se fue. Dijo que volvería como a las 11 de la noche.

Creo que antes de irse, extendió mi cama.

No sé en que momento, llegó su amiga. Dijo que estaba muy nervioso. Que la llamó muchas veces, para decirle que era mañana. Le había dado dinero, para que comprara lo que necesitara llevar a la Clínica. No sabía si algo me faltaba. Creo que ya lo tenía todo, pero le pedí que fuera a comprarme más ropa interior. Pensé que no podía llegar con mis colales al Sanatorio. Los colales que usé durante todo el embarazo, y que dejaban mi vientre al descubierto.

Al fin, sola, me eché sobre la cama.

Les había dicho que no se preocuparan, que volvieran más tarde. Muy tarde.

Mi madre había respondido: "Pero va a llegar", "Querrás estar sola con él"...

"Para que estar sola con él" - pensé- "Si sin él o con él, también estoy sola"...

"No te preocupes" - le respondí-

Encendí mis velas, mis inciensos, abrí las ventanas. Todas las ventanas.

Comenzé a ver una película. "Infidelidad" - ya la había visto -

No hacía la maleta. Sólo sentía. No quería moverme. No quería hacer nada. Sólo sentir...



Una tarde de un 5 de Julio, salí de la consulta del Obstetra.

En el tercer piso, mi madre me revolvió la cartera hasta encontrar cuanto documento me pidieron.

Cuando salí del Sanatario, sólo veía esa hermosa tarde de Julio.

Miré hacia enfrente: el río Bío Bío era mi testigo.

Sus aguas estaban calmas. Tan calmas, como aquella tarde.

Guardaba silencio. El silencio previo a los grandes cambios de nuestra vida.

Apenas caminaba, con mi barriga abultada. Tan indefensa como mi niño en mi vientre.


De pronto escuché la voz de mi madre. Creo que hacía rato que me hablaba. Pero sus palabras se diluían en mi silencio.

"Sí, debo avisarle"- respondí.

Sentí cierto placer al tomar el celular. Imaginé su rostro al enterarse de la noticia. Pensé que se desarmaría su escudo implacable. Pensé en sus armaduras, cayendo al suelo. En su fortaleza, desmoronada.

Contestó, y sólo le dije: "Mañana, a las 8 de la mañana, me hospitalizo". Al principio no comprendió. Lo sobrepasó la noticia. Quizás no quería entender. Había perdido la apuesta de que nacería el 27 de Julio.

No recuerdo como, pero reaccionó. Con voz nerviosa, alegre, entrecortada, exclamó: "¡Mañana!"...no recuerdo que más fue lo que dijo...

creo que no me importaba . . .


Entonces el obstetra preguntó, con una curiosa sonrisa: ¿Prefieres césarea o parto normal?-la césarea puede durar 15 minutos y el trabajo de parto más de 12 horas. Si estás aquí a los 8 de la mañana nacería como a las 11 de la noche.

Había algo de capsioso en su pregunta. Y un poco de ironía en su mirada.

No sé si pretendía desafíar mi cobardía
o medir mi valentía.

Sólo pensé en cuanto había leído: "en el canal del parto", "en la secreción de hormonas al nacer", "en el vínculo afectivo que crea para toda la vida con la madre", "en la danza del vientre", "en las mujeres que parían a sus hijos a orillas de los lagos, sólo encuclilladas". . .
Pensé que tenía 33 años, "el día de la muerte de Cristo". Que había vuelto a nacer, con tanto dolor. . .
El dolor de parir-eso pensé. El dolor de parir...
Mi mente era una vorágine donde danzaban todos los pensamientos. ..
Las imagenes nublaban mi vista. . .

"Prefiero parto normal" - me adelanté a responder-. Sin explicaciones inútiles.

Entonces el médico, esbozó otra sonrisa.
Con persistente ironía, me respondió: "Te quiero aquí, mañana a las 8 de la mañana."- Anda al tercer piso, para arreglar lo de tu hospitalización. Te darán toda la información. Ahí puedes arreglar el tema de FONASA. Deberás traer cheque en garantía. Anda, allá te informarán. Llamaré, avisaré que vas.
Hizo una llamada, una anotación en su agenda y se despidió con cortezía.

Salí de la consulta. Tenía miedo. Me negué a confesarlo. Iba con mi madre. Seguro lo notó, pero no dijo nada. Sólo la sentía satisfecha y feliz. Por alguna razón le alegró mi respuesta.

Seguro sabía que tenía miedo.
En el tercer piso ni siquiera encontraba mi cédula de identidad...
tampoco la credencial de FONASA...

y la orden de hospitalización? . . .



01 julio, 2006


Abandonemos las promesas y los viejos juramentos.

Mirame a los ojos. A ver si entiendes mi mirada.

Para qué tanto nombre innecesario.

Un "nosotros", bien pronunciado, me parece suficiente.




Sólo digo: "AMÉN"...

QUE PERSEVERE EN EL AMOR.

QUE VENGA EL MÁS TERRIBLE CATACLISMO

Y SE ABRA EL CIELO DE PAR EN PAR.

AUNQUE AUN QUEDEN MUCHAS NOCHES COMO ESTA.

Y SEA NECESARIO "MORIR PRIMERO".