02 julio, 2006




El auto daba vueltas por mi puerto.

Era un Martes, 6 de Julio.


El amanecer y sus calles desiertas, me recordó mis salidas matutinas a la Universidad.

No sé por qué, se me vinieron a la mente esas madrugadas de estudio. Me veía caminando sola por la calle, a dar mis examenes orales, tomando el primer taxibus del recorrido, sin haber dormido nada.

Tan temprano. Tan sola. Con tanto frío.

Y el chofer con cara de primer día de clases o a veces, con cara de fin de año.

El auto, viró por los Tribunales, por la Plaza de Armas, la Parroquia, mi antiguo colegio . . .Y de tan conocida, aquella ciudad, de pronto me resultó ajena.

Esta vez, no iba sola y no tenía frío. No me esperaba una comisión de profesores. No pretendía obtener el incansable 1oo.

No. Esta vez, iba a dar a luz un hijo.

Una vida se desprendería de mi propia vida.

Sentí el nido vacío. Pensé, que sería de mi sin él en mi vientre.

Qué poca cosa sería sin él en mi vientre.



Tenía mucho calor. . .

Comencé a ver "Obsesión"- ya la había visto

Finalmente, mi madre, preparó la maleta. Yo sólo había guardado la ropita de mi niño, nada más.

Ella guardó mis cosas.

Me hablaba. Recuerdo que me hablaba. Pero mi mirada estaba abstraída. Veía la película. Pensaba y no pensaba en mañana.

Apenas le contestaba, de pronto, cuando lograba escucharla.

Mis pensamientos eran sólo divagaciones.

Divagaba en mi deseo de parir. . .

en mi deseo de parirlo . . .

de parirlo, con dolor . . .





... Y continué sola en el departamento. . .

No pretendía hacer la maleta.

Sólo disfrutaba, echada en la cama . . .

No recuerdo a que hora llegó. No recuerdo lo que me dijo cuando me vio.

Sé que tocó mi barriga y comentó: "Ya te veré sin esta guatita"


Tengo la sensación de que estaba nervioso, pero quería ocultarlo.

Decía: "Todo saldrá bien". Creo que lo repitió varias veces.

También se justificó: "Tal ves no vaya a la Clínica"..."Mañana tengo Inspección"..."¿te darán de alta el Viernes?". . .

Yo sólo pensaba en mi niño . . .¿para qué podría quererlo a él en la clínica? . . . y ya sabía que los Martes tenía Inspección . . . y también sabía que más hacía los Martes . . . y él sabía que yo sabía . . . y ambos sabiamos donde iría el Jueves por la tarde . . .

"No te preocupes"- le dije - "Sólo deseo que nazca sano, nada más".

"- repetía - todo nos saldrá bien".

Recuerdo que hablaba en plural. También recuerdo sus silencios. Y su mirada sobre mi, como si fuera yo la recién nacida. Una mirada tierna y alegre. Una mirada también compasiva. La mirada de un padre a su hija . . . tal ves me veía tan pequeña como me sentía.

No le conté detalles de mi visita al obstetra. No revelé mis sentimientos.

Recuerdo que reí cuando vi mi nueva ropa interior. "Qué sexy" - comenté . . .

Más tarde se marchó. No recuerdo la hora. Sólo sé que era más tarde de lo habitual. No dijo que no llegaría. Seguro no lo dijo, porque supuso que yo lo sabía.

Había satisfacción en su rostro.

No sé de que podría haberse sentido satisfecho. . .

Tal ves de haber hablado en plurar...



...Sentía...

mi niño...

mi niño...

mi niño...

No podré mostrarte sólo la BELLEZA . . .

No puedo abandonarte en el descubrimiento de lo Terrible. ..

mi niño...

mi niño...

¿Cómo responderé a tus preguntas?...Cómo te daré las respuestas que aún no encuentro? . . .

Qué te diré si ves la pobreza en las calles, cubierta con cartones . . .

Qué te diré frente a la inopia de los seres humanos, maltratados por una sociedad putrefacta . . .

Cómo te digo que la Justicia existe, con tanto asesino impune . . .

Y si ves a los perros callejeros?...y si los ves en su cruel abandono? . . .

mi niño...

mi niño...

mi niño...

Te pariré con dolor, para expiar mis culpas . . .

La culpa de mi mirada paciente ante el dolor de los otros . . .

La culpa de exponerte a lo terrible, sin respuesta a tus preguntas . . .

mi niño...

mi niño...

mi niño...

Tu padre justifica la Dictadura en Chile . . .

Tu madre aborrece el Totalitarismo . . .

Mi niño, nada justifica la tortura, nada justifica las matanzas masivas, nada justifica el exilio...

Mi niño, créeme, el ser humano, es el centro del Universo. . .

porque el origen de todo y de todos, es el AMOR . . .

La vida es el valor más preciado . . .

mi niño . . .

mi niño . . .

mi niño . . .

La tolerancia es una gran virtud . . .

No discrimines . . .

No prejuzgues . . .

Te dejaré libre, aunque te quisiera para siempre en mi vientre

aunque prefiera un eterno cordón umbilical, que te atrajera hacia mí, cada vez que sientas miedo. . .

No temas . . .

mi niño . . .

El miedo es el dictador del alma . . .

y los dictadores . . .DIOS NOS LIBRE!!!




Sí, era un Lunes, 5 de Julio.

Más tarde recorrí las calles de mi puerto. Oscurecía.


Sólo quería leche con vainilla.

Y estar sola.

Cuando, por fin, llegué a mi departamento, mi madre se fue. Dijo que volvería como a las 11 de la noche.

Creo que antes de irse, extendió mi cama.

No sé en que momento, llegó su amiga. Dijo que estaba muy nervioso. Que la llamó muchas veces, para decirle que era mañana. Le había dado dinero, para que comprara lo que necesitara llevar a la Clínica. No sabía si algo me faltaba. Creo que ya lo tenía todo, pero le pedí que fuera a comprarme más ropa interior. Pensé que no podía llegar con mis colales al Sanatorio. Los colales que usé durante todo el embarazo, y que dejaban mi vientre al descubierto.

Al fin, sola, me eché sobre la cama.

Les había dicho que no se preocuparan, que volvieran más tarde. Muy tarde.

Mi madre había respondido: "Pero va a llegar", "Querrás estar sola con él"...

"Para que estar sola con él" - pensé- "Si sin él o con él, también estoy sola"...

"No te preocupes" - le respondí-

Encendí mis velas, mis inciensos, abrí las ventanas. Todas las ventanas.

Comenzé a ver una película. "Infidelidad" - ya la había visto -

No hacía la maleta. Sólo sentía. No quería moverme. No quería hacer nada. Sólo sentir...



Una tarde de un 5 de Julio, salí de la consulta del Obstetra.

En el tercer piso, mi madre me revolvió la cartera hasta encontrar cuanto documento me pidieron.

Cuando salí del Sanatario, sólo veía esa hermosa tarde de Julio.

Miré hacia enfrente: el río Bío Bío era mi testigo.

Sus aguas estaban calmas. Tan calmas, como aquella tarde.

Guardaba silencio. El silencio previo a los grandes cambios de nuestra vida.

Apenas caminaba, con mi barriga abultada. Tan indefensa como mi niño en mi vientre.


De pronto escuché la voz de mi madre. Creo que hacía rato que me hablaba. Pero sus palabras se diluían en mi silencio.

"Sí, debo avisarle"- respondí.

Sentí cierto placer al tomar el celular. Imaginé su rostro al enterarse de la noticia. Pensé que se desarmaría su escudo implacable. Pensé en sus armaduras, cayendo al suelo. En su fortaleza, desmoronada.

Contestó, y sólo le dije: "Mañana, a las 8 de la mañana, me hospitalizo". Al principio no comprendió. Lo sobrepasó la noticia. Quizás no quería entender. Había perdido la apuesta de que nacería el 27 de Julio.

No recuerdo como, pero reaccionó. Con voz nerviosa, alegre, entrecortada, exclamó: "¡Mañana!"...no recuerdo que más fue lo que dijo...

creo que no me importaba . . .


Entonces el obstetra preguntó, con una curiosa sonrisa: ¿Prefieres césarea o parto normal?-la césarea puede durar 15 minutos y el trabajo de parto más de 12 horas. Si estás aquí a los 8 de la mañana nacería como a las 11 de la noche.

Había algo de capsioso en su pregunta. Y un poco de ironía en su mirada.

No sé si pretendía desafíar mi cobardía
o medir mi valentía.

Sólo pensé en cuanto había leído: "en el canal del parto", "en la secreción de hormonas al nacer", "en el vínculo afectivo que crea para toda la vida con la madre", "en la danza del vientre", "en las mujeres que parían a sus hijos a orillas de los lagos, sólo encuclilladas". . .
Pensé que tenía 33 años, "el día de la muerte de Cristo". Que había vuelto a nacer, con tanto dolor. . .
El dolor de parir-eso pensé. El dolor de parir...
Mi mente era una vorágine donde danzaban todos los pensamientos. ..
Las imagenes nublaban mi vista. . .

"Prefiero parto normal" - me adelanté a responder-. Sin explicaciones inútiles.

Entonces el médico, esbozó otra sonrisa.
Con persistente ironía, me respondió: "Te quiero aquí, mañana a las 8 de la mañana."- Anda al tercer piso, para arreglar lo de tu hospitalización. Te darán toda la información. Ahí puedes arreglar el tema de FONASA. Deberás traer cheque en garantía. Anda, allá te informarán. Llamaré, avisaré que vas.
Hizo una llamada, una anotación en su agenda y se despidió con cortezía.

Salí de la consulta. Tenía miedo. Me negué a confesarlo. Iba con mi madre. Seguro lo notó, pero no dijo nada. Sólo la sentía satisfecha y feliz. Por alguna razón le alegró mi respuesta.

Seguro sabía que tenía miedo.
En el tercer piso ni siquiera encontraba mi cédula de identidad...
tampoco la credencial de FONASA...

y la orden de hospitalización? . . .