12 septiembre, 2006


Tarda el olvido,
pero no podrá tardar más que tus promesas dormidas en telarañas
No podrá ser más lento que tu conjugación del verbo amar
Y siempre será más pronto que nuestros encuentros fugacez
que de hombre te llaman mi sueño hasta aparecer en mis noches como un fantasma
que de mujer me llaman amante hasta terminar siendo mendiga
Y de tanto mendigar en las sombras las caricias de tu ser fantasmal,
la mujer, ahora mendiga, sólo espera olvidar.