Vitorio, Vitorio...
mi cabeza me duele...
Vitorio, te hablo de dolor
y no es casualidad...
Dolor...
aquel hombre, Vitorio...
aún me duele...
me duele y me culpo...
y tanto dolor, Vitorio,
que ayer no fui a hablar con Rodrigo,
tanto dolor,
que las lágrimas dan brillo a mis ojos.
Vitorio, Vitorio,
y el dulce dolor de mi duelo,
Luis Eduardo, Vitorio,
es dolor,
pero un dolor,
jamás herida,
jamás puñalada.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)