21 junio, 2006



SU IMAGEN
SÓLO SU IMAGEN COMO UN FANTASMA
NI SIQUIERA UN ESPEJISMO
ME OBLIGA A ESCRIBIR
NO QUERÍA HACERLO
HACE TIEMPO ROMPÍ CON LAS PALABRAS
ES UN REGRESO INESPERADO
DEMASIADO DESCONCIERTO
SON SUS MANOS LAS QUE TOMAN LAS MÍAS Y ME LLEVAN A ESTE TECLEAR TEMBLOROSO
MIS MANOS AHORA CONGELADAS SIN LA TIBIEZA DE LAS SUYAS
ES EL RITMO DEL CORAZÓN DE SUS ANGUSTIAS EL QUE PROVOCA ESTE SONIDO EN MI PECHO
RECUERDO QUE ESTOY VIVA
ATRÁS QUEDARON LOS CÁNTICOS DE LA MUERTE QUE ANUNCIABAN MI DECESO EN NOCHES SIMILARES
AHORA SU VOZ ENTONA LAS NOTAS DE MI INFANCIA
ME SUMERGO EN LA BELLEZA DE AQUELLOS DÍAS
TAN BELLOS COMO SUS OJOS
ENJUICIÁNDOME
HIRIÉNDOME
ACARICIÁNDOME
QUERÍA SEGUIR EL CAMINO AL QUE ME LLEVABA
NO RESISTÍ LA TENTACIÓN DE SUS MISTERIOS
ESTA VEZ EL VÉRTIGO ME HIZO CAER
ESTA VEZ EL ABISMO NO FUE SÓLO UN ABISMO.


ACABAS DE IRTE

UN DÍA ANTES DEL FINAL DE MI OTOÑO

DEJAS EN EL ESPACIO QUE OCUPASTE EL PERFUME A INFINITO QUE SIEMPRE TIENE TU PRESENCIA

QUE NO DEJA DE TENER

PESE A TU AUSENCIA

TU PRESENCIA.

SI SUPIERA ESCRIBIR HARÍA UNOS MANUSCRITOS DE NUESTRA HISTORIA

Y LE DARÍA

AHORA MISMO

UN FINAL.

PERO ES MI ANSIEDAD SIN REMEDIO LA QUE HABLA

LA MISMA QUE ADELANTA LOS OTOÑOS CADA VERANO

E INVOCA LAS LLUVIAS DE CARA AL SOL.

APARICIÓN DE ESTA TARDE

BELLA FLOR CARGADA DE MARAVILLAS

TUS PÉTALOS TUVIERON TODOS LOS COLORES QUE ME HA NEGADO MI OSCURIDAD

APENAS TE APROXIMASTE

ME CEGASTE CON TU LUZ DE BELLEZAS Y ENCANTOS.

AÚN AQUÍ ESCRIBIENDO

ESTOY CIEGA DE TI

MIS OJOS SÓLO DIBUJAN TU SILUETA DE FLOR APARECIDA.

Soy huérfana de nacimiento, de padre y madre.
Me parió la NADA, sin dolor, debido a un suspiro suyo,
a esos airecitos que nos sobran y botamos sin darnos cuenta.
Un día cualquiera, un hada que tiene fama de contadora de versos,
sin que yo le preguntara, me contó como el VACÍO había penetrado la NADA.
Ese día en que, por pura casualidad, me engendraron.
Dicen que la NADA habitaba unos jardines
y andaba escapando del viento que la perseguía, con sus suspiros interminables.
Pero, como todos sabemos,
el viento no perdona y es vengativo.
Entonces, después de encontrarla en su escondite,
con un rugido terrible, acompañado de lluvias, truenos y relámpagos,
destrozó todos los jardines en que la NADA se ocultaba.
Dicen que no quedó ni una sola flor
y los pétalos volaban por los aires.
Entonces, llegó el VACÍO, con esa presencia terrible y dolorosa,
y vio a la NADA, derrotada por el viento.
Estaban solos, la NADA y el VACÍO,
en el mismo lugar en que solían bailar las flores al ritmo de la primavera,
y las mariposas acompañaban su danza,
añadiendo sus colores a la fiesta de sonrisas y suaves melodías.
¿Qué podía hacer entonces la NADA?.
Ni siquiera podía ir a entregarse al viento
que ya estaba maltratando otros jardines
y la había olvidado para siempre.
Era tarde para continuar ocultándose,
para dejar de ocultarse
y también para huir.
Entonces, no hizo otra cosa que abrazarse al VACÍO,
y llorar su desventura,
mojándolo con sus lágrimas
y seduciéndolo con su dolor.
Y el VACÍO, que sabe de los amores,
supo que tenía que poseer a la NADA para que ella dejase de llorar.
Y así cuentan que me engendraron,
mientras la NADA iba calmando su llanto
y se iban secando sus lágrimas vertidas en el VACÍO.
Quizás por eso cuando siento que el viento toca mis alas me dan deseos de llorar.
Algunas veces, he visto una lágrima mía junto a alguna gota de rocío,
haciendo amistad en una flor.
Debe ser que le tengo miedo al viento.
Debe ser que sé que él tendió el lecho de los amantes que me engendraron
y puede también tender el lecho de mi muerte.
El viento puede soplar en mi jardín y volver a encapricharse con la NADA.
Ojalá el viento sepa que la NADA hace tiempo que se encuentra con el VACÍO,
en unos rincones secretos del cielo.
Ojalá que alguien le cuente al viento que mi jardín no es habitado por la NADA.
Sólo somos unas cuantas mariposas que buscamos a las flores,
felices de haber dejado nuestro pasado de orugas.