Un velo bendito cae liviano
oculta una belleza fatídica
como la mirada cofre de silencios
la santidad impensable del pecado
una boca que deshace mis labios como una ostia
agoniza mis viejos teoremas
habla en máximas y dogmas
Reza un credo con el sudor de su cuerpo
Tatua en mi piel ángeles y flores
Hiere un placer en mi vientre
Cicatriza mi alma en un ritual sagrado
En su altar me deposita como la ofrenda
mi cuerpo en sacrificio de virgen deflorada.