25 julio, 2006
Dame de beber del caliz de tu boca.
Hidrata la sequedad de mis desiertos.
Con ese oaisis,
espejismo en mi mirada.
Humedece mis flores marchitas.
La hierba mustia que viste mi cuerpo.
Mis montes,
las curvas de mis montañas erocionadas.
Mis valles que nadie moja,
humedéceme,
hidrátame,
dame de beber del caliz de tu boca,
acercalo a mis labios,
levanta mi cabeza con tus manos,
y deja que te beba a sorbos,
a sorbos . . .
a sorbos . . .
hasta verter todo tu brebaje dentro de mi.
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Qué tentación...
ResponderBorrarLa tentación de sentirme saciada...
ResponderBorrarLa tentación de la humedad...
en un mi cuerpo de desiertos...
en mi corazón de sequías...
Tentación de ser el caliz...
ResponderBorrarde envenenarte con mi magia lunar...
...esa es la tentación de mis deseos...
ResponderBorrarmis deseos más inconfesables...