25 diciembre, 2009

"Para un amante"



Su miedo a ser amada es su miedo a amar


Ángel caído


pretensión de mariposa


dolor de pasado de oruga


amante de tus alas


mujer


mujer apasionada


mujer amante


mujer de un sólo amante


mujer amando


mujer de un sólo amado


niña distraída


siempre


siempre enamorada
Entonces se le acercó y susurro algo en su oído,

ella no dijo nada,

sólo encendió un cigarrillo,

su mirada quedó fija en un punto,

era ese punto en fuga del que siempre había hablado,

el punto en que la mirada se pierde como en un mar de tempestades,

un mar . . .

su ser tan marítimo,

naufraga del dolor,

hija de la deriva,

ella pensaba en las profundidades

- él es un abismo -

y succionaba el cigarrillo,

lo apretaba en sus labios con furor,

la ceniza caía sobre sus piernas,

y ahora era sólo la ceniza,

no cómo antes, cuando apagaba el cigarrillo en sus manos,

no cómo antes...

y fue eso lo que dijo de pronto:

"antes pude ser soñada

antes él pudo haber sido un sueño"

Se mantuvo el silencio,

él comenzó a pensar en Borges

- ruinas circulares, un hombre soñado por otro hombre -

- "Ale, sé que te quemarás si tocas el fuego,

no me refiero a eso, Ale,

tu cigarrillo, Ale,

estás quemándote la falda".

- "Déjame, deja quemarme, siempre se me quedan las velas encendidas.
¿acaso no recuerdas que no usé mi última bala?"

- él no sabe nada - pensaba,

- y jamás se lo diré-

- jamás le diré que lamo la erección carnosa de su deseo,

que mi lengua juguetea bajo su vientre,

que mi saliva humedece su fálica desnudez,

que abro mi boca para contener su placer erecto,

que con mis labios y mi lengua lo aprisionan

que succiono la antesala de su orgasmo

que mi boca se abre, habida de humedad,

que mi garganta es penetrada,

que mi garganta traga el clímax de su erección,

que mi boca se llena de su líquido orgásmico,

que me chorrea la comisura de los labios,

que moja mi cuerpo desnudo,

que moja mi pelo,

que lamo las gotas que no logro tragar"

- jamás se lo diré a nadie -